Alimentación sátvica como herramienta yóguica

¿Te has preguntado alguna vez cuánto afecta tu dieta la práctica que haces y si existe algún tipo de referencia a ello en los textos antiguos? ¿Es la alimentación algo relevante en yoga o solo algo accesorio?

El tipo de comida que buscamos refleja nuestro estado de conciencia y nuestro desarrollo espiritual. Nuestras decisiones alimentarias son todo menos aleatorias. Tanto en Yoga como en Ayurveda se enfatiza una dieta puramente vegetariana, o sátvica — dieta que ayuda al desarrollo de sattva, la calidad suprema del amor, paz y consciencia.

El Bhagavad Gita se refiere a la dieta de las personas dependiendo de su dosha o característica escensial, y si bien usa un lenguaje metafórico que puede interpretarse a primera vista como radical, sirve para expresar una idea. Este texto indica que las personas que son puroas o sátvicas gustan de los alimentos puros: aquellos que aportan salud, poder mental, fuerza y larga vida; que son sabrosos, calmantes y nutritivos, y dan contento al corazón del hombre. Por otro lado, señala que a las personas rajásicas les gusta la comida rajásica. Ácida y amarga, salada y seca, la cual trae pesadez, enfermedad y dolor. Finalmente, indica que la gente de tendencia tamásica (aletargada) comen alimentos rancios e insipidos, podridos o del día anterior, impuros, no aptos como ofrenda santa.

profesorado de yoga en India

Del texto antes citado, se desprende claramente predilección por la dieta sátvica. ¿Qué significa esto? La base de sattva es la actidud de ahimsa (no-violencia). Una dieta sátvica es ante todo vegetariana, pues busca evitar cualquier producto que implica matar o hacer daño a los animales. Los alimentos sátvicos deben ser alimentos naturales y frescos, preferentemente orgánicos, y deben tomarse de la manera más natural posible, crudos, hervidos al vapor o ligeramente cocidos.

Entre los alimentos sátvicos podemos encontrar los cereales, que aportan hidratos de carbono y aminoácidos que sirvan para sintetizar las proteínas, las legumbres que aporten proteínas, lacteos como la leche o mantequilla (un exceso del consumo de lácteos aumenta la producción de mucosidad y dificulta la respiración), frutas y hortalizas, que aportan vitaminas, minerales y fibra, aceites vegetales como los de sésamo, oliva, coco o ghee, frutos secos y semillas, especias dulces como jengibre, canela, cardamomo, hinojo, comino, cilantro, curcuma, menta y albahaca, e infusiones de hierbas, agua natural y zumos de fruta.

Alimentación sátvica como herramienta yóguica

Ahora bien, no se trata solo de comida, sino de su calidad nutricional. Debemos ser conscientes del origen de nuestros alimentos, evitando aquellos sobre industrializados y con exceso de pesticidas. Tenemos que aprender a cultivar nuestra propia comida, apoyar a los agricultores locales y orgánicos, y convertirse en políticamente activos en cuestiones ambientales. La comida es la raíz sagrada de la vida. Si la comprometemos estamos poniendo en riesgo nuestra propia salud y felicidad.